EESN°2 "Marina Vilte"

EESN°2 "Marina Vilte"

viernes, 11 de julio de 2014

Taller literario

Producciones de los alumnos del taller de teatro
Prof. Valeria Lana
Prof. Alejandra Dughera


Luna

Desde el otro lado ella lo veía. Luna lo veía pero le pertenecía a alguien más por simple obligación, estaba atada a su lugar. Pero lo observaba llevaba milenios observándolo, aunque, Con el amor ¿Quién sabe? Podría haberse pasado segundos o milenios que ella no los sentiría hundida profundamente en un solo pensamiento. Él era luz, Sol era luz, y ella tenía un lado oscuro. Pero si los amantes no se las arreglaran en su tragedia no serían amantes…entonces, Luna y Sol, en sus breves encuentros, se funden en un eclipse.


Esa mañana el sol estaba brillante. Sus fuertes rayos cegaban mis ojos, pero aun así podía verla. Estaba en el parque sentada, parada, no dejaba de moverse, pero aun así no la podía perder de vista. Su bella sonrisa sus dulces ojos, su tierna voz, su pequeñito cuerpo, yo amaba todo eso. La amaba a ella desde el día en que la oí reír, se adueñó completamente de mi vida y mi corazón.

Esa mañana el sol estaba brillante. Las aves llenaban el parque con su canto y los niños corrían de aquí para allá. Todo se movía muy rápido, todos gritaban y reían. Todos se veían muy felices. Todos, menos yo…
Yo no estaba allí. Yo no gritaba ni reía. Yo no estaba feliz… me encontraba tras un arbusto cerca del lago. No quería estar ahí, ¡no me escondía! No soy cobarde. Solo estaba detrás de ese arbusto porque el aire era más frío y porque no había nadie que me obligara a reír y fingir estar mejor.
Seguramente cuando volviera estarían muy enojados, pero claro, no lo mostrarían hasta llegar  a casa. Serían puras sonrisas y “Al fin volviste, estábamos preocupados, ¿Te gustaría un helado?”… solo para impresionar a los vecinos que venían con nosotros al parque, pero al llegar a casa nada de helados ni sonrisas, ni abrazos ni caricias. Al momento de cerrar la puerta se abre la puerta del infierno para mí.




El marco
Mi papá había muerto hacía unos días. Según el testamento, de los objetos más variados de los que el poseía, me dejó su cámara antigua que él en persona había comprado en un mercado húngaro.

Volví a mi casa, no fue hasta el otro día que utilicé la cámara. Me saqué una foto, me fui al trabajo y al volver un terror me invadió ya que no estaba mi persona en la foto que había sacado con la cámara y al mirar alrededor vi que un marco me encerraba en un precipicio hacia la nada, y comprendí que estaba encerrado en la foto.
  

Voluntad y destino es poca cosa. 
Alcanzas aquello que te pertenecía,
Llevas los pasos contados,
Encuentras lo que aun no has perdido, 
Repites una y otra vez tu camino,
Ira y placer ciclan en tu pecho. 
Arranca tus lágrimas sin culpa, todo ya está hecho.



1 comentario:

  1. ¡Muy buen trabajo! ¡Felicitaciones a las docentes y alumnos que participaron de la experiencia!

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